Queso
Historia
El orígen del queso no es muy preciso pero
puede estimarse entre el año 8.000 a.C y el 3.000 a.C. Datos arqueológicos
demuestran que su elaboración en el antiguo Egipto data del año 2.300 a.C.
Europa introdujo las habilidades para su elaboración y producción,
convirtiéndolo en un producto de consumo popular. Gracias al imperio europeo,
poco a poco el queso se ha dado a conocer en todo el mundo. Fue en Suiza (1815)
donde se abrió la primera fábrica para la producción industrial del queso.
Definición Según el código alimentario se define queso como el producto fresco
o madurado, sólido o semisólido, obtenido a partir de la coagulación de la
leche (a través de la acción del cuajo u otros coagulantes, con o sin
hidrólisis previa de la lactosa) y posterior separación del suero. Las leches
que se utilizan habitualmente son las de vaca (entera o desnatada) que da un
sabor de queso más suave, cabra u oveja (en zonas mediterráneas). En la
elaboración de algún queso especializado como la mozzarella, se emplea la leche
de búfala y en otros casos de camella. El queso de Cabrales (Principado de
Asturias, España) utiliza una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra. La grasa
de la leche es el nutriente que más influye en el sabor del queso. La leche
entera es la más rica en grasas, pero en ciertos casos para poder reducir el
contenido graso de los quesos se usa su versión desnatada o semi, lo cual
también puede disminuir el sabor del producto final.
Proceso de Elaboración del Queso
La pasteurización previa de la leche será
obligatoria para aquellos quesos de tipo frescos y los que se consuman antes de
los dos meses tras su elaboración. Es básico para elaborar un queso realizar la
cuajada. Es el único proceso
necesario y consiste en separar los componentes de la leche, por acción de la
temperatura o bacterias. La separación se logra desestabilizando la proteína de
la leche (caseína). Este desequilibrio hace que las proteínas se aglutinen en
una masa blanca, separándose del líquido (suero lácteo). Las bacterias utilizadas (lactococcus,
lactobacillus, etc.) junto con las enzimas que producen y la leche de orígen,
serán determinantes en el sabor del queso tras su añejamiento. Para elaborar
quesos duros, se somete a la cuajada a temperaturas entre 33ºC y 55ºC, para que
se deshidraten más rápido.
A partir de ese momento de separación de
partes, se trata de ir eliminando el suero. Como consecuencia muchas vitaminas
y proteínas hidrosolubles se pierden a través del suero. Pero en términos
generales, el queso mantiene todas las grasas de la leche, las tres cuartas
partes del calcio y casi la totalidad de la vitamina A. Por otro lado debemos
nombrar el papel de la sal en su proceso, puesto que además de aportar sabor
salado, mejora la conserva y afirma la textura por su interacción con las
proteínas. La sal puede mezclarse directamente en la cuajada o sólo aplicarla
en la superficie exterior del queso.
Todas las características finales de los
quesos (sabor, textura, olor), además de las materias primas, dependen de las
técnicas específicas de elaboración. La mayoría de los quesos no adquiere su
forma final hasta que son prensados en un molde. Al ejercer más presión durante
el prensado, se genera menos
humedad, lo cual dará como resultado final un queso más duro. Se necesitan
varios litros de leche para obtener un kilo de queso debido a la pérdida de
gran cantidad de agua durante su elaboración (dependiendo de que tipo de queso
se trate). El proceso de maduración o
añejamiento se aplica a la mayoría de los quesos excepto los frescos.
Durante este período, los quesos permanecen en moldes y para intensificar el
sabor y el olor se pueden introducir nuevos microorganismos, más sal, o se los
puede ahumar o sazonar con especias. Los quesos normalmente se comen crudos,
pero también se los puede cocinar. A temperaturas superiores a 55ºC se funden y
otros se endurecen aún mas (por evaporación del agua que contienen). Cuando el
queso se encuentra en temperaturas cálidas (30ºC) la grasa se derrite y se
suele decir que el queso “suda”. Se recomienda consumirlos a temperatura
ambiente, dependiendo del tipo de queso.
Usos:
Los quesos se pueden
utilizar para condimentar, acompañar o complementar comidas o consumirlos solos
o con pan y galletas.
La fondue es una de las
formas de consumirlos solos, fundidos dentro de una marmita o caquelón de barro
vidriado, hierro fundido, acero inoxidable, cobre o cerámica.
Valor nutricional:
El valor nutritivo de los quesos es
incuestionable, pero se tiene hoy mayor conciencia de sus componentes y, en
consecuencia, de los tipos y cantidades que conviene consumir para obtener una
dieta sana y equilibrada. La cantidad de grasas varía según el tipo de leche
con que haya sido elaborado, si se trata de leche entera o de leche parcial o
completamente descremada. Otros componentes de los quesos son el calcio y el
fósforo, en diferentes proporciones, nutrientes apreciados para el buen
funcionamiento orgánico.
El queso comparte casi las mismas propiedades
nutricionales que la leche, excepto que contiene más grasas y proteínas
concentradas. Además de ser fuente proteica de alto valor biológico, se destaca
por ser una fuente importante de calcio y fósforo, necesarios para la
remineralización ósea.
El queso es un lácteo cuyo principal
nutriente es el calcio, aunque también tiene proteínas de alta calidad
biológica, con todos los aminoácidos esenciales. Además es rico en vitaminas
del Grupo B, A y D, y minerales como el yodo y el magnesio
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